La periodista y escritora Marisol Sales Giménez me ha entrevistado en relación con el papel de los zoos, que tanto se critican con muy poco conocimiento de causa. Allá van preguntas y respuestas.
1. ¿Podemos considerar a los zoos centros de conservación de la biodiversidad?
Hoy día sí, hablando en términos generales. Los zoos contribuyen, por lo general, a la conservación en tanto que promueven y llevan a cabo planes de cría en cautividad de especies amenazadas, con el fin último de contribuir a la reintroducción de dichas especies en el medio natural. El ejemplo mejor conocido en España es el del lince ibérico, que probablemente se hubiera extinguido ya si no hubiera sido por el Programa de Conservación “ex situ” del lince ibérico (https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/recursos-geneticos/conservacion-exsitu/ce-exsitu-prog-lince.aspx), desarrollado en el zoo de Jerez.
2. ¿Cómo afecta a los animales el cautiverio?
Depende de cómo se cuiden. No se puede negar que hay especies que toleran mal las circunstancias de cautividad y sufren depresiones, algunas veces irrecuperables. Hoy en día, sin embargo, en los zoos de prestigio existen equipos de técnicos especializados en bienestar animal, que buscan la manera de evitar esas situaciones; de hecho, existe una normativa europea de buenas prácticas en los zoos, que debería ser respetada siempre (https://ec.europa.eu/environment/nature/pdf/Zoos%20Directive%20Good%20Practices-ES.pdf). En todo caso, es también cierto que para un animal no hay nada mejor que la vida en su hábitat natural. El problema es que los humanos hemos desnaturalizado la mayor parte del planeta e invadido el espacio de muchos otros animales, de manera que en ocasiones el único recurso para poder evitar la extinción es salvaguardando poblaciones en zoos para proceder a la reintroducción cuando se den las circunstancias oportunas, si llegan a darse.
3. ¿Cómo se eligen las especies que están en los zoos?
Hoy día ya no se eligen, en tanto que no se sale a capturarlas como se hacía ya hace bastantes décadas, salvo en ocasiones muy concretas y porque sea necesario confinar individuos para que no se extinga una especie. Pero desde que se generalizaron los programas de cría ex situ, es decir, en cautividad, entre las décadas de los 60 y los 70 del siglo pasado, prácticamente todos los animales que se observan en los zoos han nacido ya en cautividad. Eso no quiere decir que lo hayan hecho necesariamente en el mismo zoo donde se observan, porque existen protocolos de intercambio de fauna entre instalaciones (generalmente, como medio para evitar la consanguinidad y la pérdida de diversidad genética en los programas de cría).
4. ¿Cuál es la diferencia formal entre un santuario y un zoo?
El término “santuario” procede del léxico animalista, es decir, es ajeno al ámbito científico, y hace referencia a aquellas instalaciones donde viven animales que se han extraído temporalmente del ámbito silvestre por estar dañados o enfermos y no pueden sobrevivir por si solos en libertad. La finalidad es su recuperación y su liberación posterior. En los llamados santuarios se prima la supervivencia y el buen estado de salud de individuos concretos, mientras que en los zoos se priman más la faceta educativa y, sobre todo, la de la conservación de especies o poblaciones. Mientras que ambos tipos de iniciativa pueden acoger veterinarios, los biólogos de la conservación solo tienen cabida en los zoos.
José Luis Yela García
Profesor Titular de Zoología y Conservación Biológica
Miembro del Comité Científico para el Catálogo Español de Especies Amenazadas
Universidad de Castilla-La Mancha
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